lunes, 18 de octubre de 2010

Pablo Alfaro pone punto final a su martirio


Con 24 horas de antelación respecto a lo decidido en la reunión que tuvo lugar tras el partido que enfrentó el pasado viernes 15 al Recreativo de Huelva ante el Salamanca, el club emitió ayer domingo un comunicado oficial, según el cual, Pablo Alfaro ya no es el técnico del primer equipo. En el mismo, el consejo de administración del Decano, atendiendo a informes emitidos por la dirección deportiva de la entidad, ha comunicado al técnico albiazul el cese de sus funciones a consecuencia “de la irregular trayectoria del equipo en la competición oficial ubicado en los puestos bajos de la clasificación con tan sólo 4 puntos de 24 posibles”.
Algo previsible por otra parte, después de los pitidos de las gradas, tras el primer punto que el U.D. Salamanca encajó en el campo recreativista del Nuevo Colombino. Luego le siguió otro tanto, que la defensa del Recreativo no supo reconocer. Pero, al contrario de lo que se pueda pensar, el descontento de los aficionados no es contra el ya ex técnico de la primera plantilla, sino dirigido a una directiva que parece no encontrar salida a la mentira que ellos mismos han inflado hasta la saciedad. El detonante de esta situación fue la pitada y los gritos de “directiva dimisión” que atronaron el estadio al término del choque ante el Salamanca.

Evidentemente, la opción de hacer caso a dicha petición quedaba descartada, por lo que el golpe de efecto pasaba por el cese. Había que cortar una cabeza. La cabeza del peón Pablo Alfaro, pero la reina ahí sigue, con un proyecto totalmente acabado y en aras de destrucción masiva. Como siempre, los aficionados serán quienes paguen el plato roto o mejor dicho, quienes esquiven los trozos cortantes que de él se deriven.
La responsabilidad de la situación lamentable por la que el Decano del fútbol español atraviesa, es en buena parte protagonizado por las malas decisiones técnicas. Por ello, para no seguir añadiendo más reproches a una directiva que está muy tocada, quizá sea mejor repartir responsabilidades y culpas. Aligerar peso. Entra aquí Alfonso Serrano, el siguiente peón. Porque se antoja complicado que el peso de una decisión tan radical y, a la vez, tan importante, pueda haber recaído solamente sobre los hombros del mismo director deportivo que el año pasado no pudo evitar que cesaran a Javi López y que perdió bastante crédito al término de la temporada.
El fútbol hecho ajedrez y los profesionales convertidos en piezas que se usan como escudos humanos en una partida que cada vez tiene menos personajes sobre el tablero, por lo que la lógica del juego hace previsible en breve, el final de la partida. La baza de Alfaro como cortina de humo ya no está a disposición del consejo de administración del Decano y si la plantilla no consigue enmendar este entuerto, habrá que ver quién es el siguiente en caer.

Colaborador: Fran Barbosa

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